domingo, 7 de agosto de 2016

El recuerdo del Salesino Juan López Sevillano perdurará para siempre en el corazón de las generaciones de jóvenes que pertenecieron al grupo Scout Caph de Llaranes, Llaranes es un barrio de la ciudad asturiana de Avilés (Asturias).-


Los scouts despiden a Juan López Sevillano, su fundador

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El féretro, a su llegada al altar de la iglesia de Llaranes. / MARIETA
  • Centenares de personas se reunieron ayer en la iglesia de Santa Bárbara de Llaranes para decir adiós al profesor del colegio Santo Ángel

El recuerdo de Juan López Sevillano perdurará para siempre en el corazón de las generaciones de jóvenes que pertenecieron al grupo Scout Caph, que él mismo había fundado. Una gran representación de sus alumnos, algunos ataviados con el uniforme y otros con el sencillo pañuelo rojo distintivo de la agrupación al cuello, se reunió ayer en la iglesia parroquial de Santa Bárbara de Llaranes para decir adiós y rendir un último homenaje al salesiano, fallecido este viernes en Oviedo a los 70 años.
No solo la familia de los Scout Caph sintió de forma especial la pérdida de una de las personas que más esfuerzos ha puesto en el desarrollo de formas sanas de ocio juvenil en la villa. La comunidad educativa del colegio Santo Ángel, vecinos del barrio y personalidades destacadas de la vida cultural avilesina también contribuyeron a llenar ayer la parroquia. Algunos incluso se desplazaron desde sus lugares de residencia fuera del Principado para poder despedirse de Juan López Sevillano.
El salesiano había nacido en nació en Zamora en 1946 y se ordenó sacerdote en el año 1975. Antes había estudiado en los propios salesianos y se había formado en los campos de la Teología y de la Filosofía en Salamanca y Medina del Campo respectivamente. Después de un breve paso por Barcelona recaló en Llaranes, donde empezó su trabajo con los jóvenes del Centro Escolar de Ensidesa y en el Centro Juvenil Don Bosco.
En 1976 fundó el grupo Scout Caph, sin duda una agrupación que ha marcado la juventud de muchos avilesinos. Los responsables de la organización no tuvieron más que palabras de agradecimiento para la labor del sacerdote, al que se refirieron como «un mentor, padre, y por encima de todo un amigo». Desde el viernes el grupo está huérfano.
Entre los años 1982 y 1993 desarrolló la docencia en el colegio Santo Ángel, y después extendió su sabiduría por colegios de Galicia y Castilla y León. Ya en 2001 regresó a Avilés como profesor de religión, coordinador pastoral, jefe de estudios y gran animador cultural. Entre su labor destaca la celebración de colonias, jornadas y encuentros. A sus scouts les toca ahora secarse las lágrimas y continuar su legado.

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